Barreras culturales para la comunicación eficaz

No hay duda alguna. Internet y las aplicaciones de mensajería instantánea facilitan las comunicaciones a distancia. A fin de cuentas, podemos estar en cualquier parte del mundo y aun así cerrar un trato con una empresa japonesa. Pero, ¿tener una vía rápida, económica y accesible para enviar información es suficiente para mantener una comunicación efectiva? De hecho, no.

Lo cierto es que la tecnología ha hecho que la distancia como barrera de la comunicación física ya no sea relevante. No obstante, la diferencia cultural sigue estando presente. Compartimos el espacio con personas de otras nacionalidades, cada una con su propio conjunto de valores e ideologías. Lo mismo sucede con la clientela.

Viendo el panorama desde este punto de vista, queda claro que el desafío ya no es encontrar la forma de traspasar las fronteras -porque ya lo hicimos- sino una que rompa las barreras culturales de la comunicación.

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Conociendo -y superando- las barreras de la comunicación

Los seres humanos -como seres sociales- dependemos de la comunicación para evolucionar y vivir en armonía. Sin embargo, las conversaciones, tratos e intercambios son susceptibles al ruido -en especial cuando hay diferencias culturales- algo que a nivel neurolingüístico se conoce como interferencia.

A eso se refiere la especialista Stella Ting-Toomey en su libro “Communicating Across Cultures” cuando estudia los efectos de las barreras de la comunicación a nivel cultural; uno de los siete muros que afecta el intercambio social.

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Barreras de la comunicación: ejemplos culturales

Si bien en un principio se puede pensar que una barrera de este tipo solo existe entre diferentes culturas -es decir, personas de nacionalidades, idiomas y creencias distintas o, al menos, lejanas- lo cierto es que también se puede encontrar entre los individuos de una misma familia. Esta hipótesis quedó completamente demostrada con los estudios generacionales que se realizaron a raíz de la aparición de los Millennials.

Con esto en mente, veamos algunas de las barreras de la comunicación que suelen surgir a causa de la diferencias culturales:

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Barrera de la comunicación cultural étnica

Nacer -o crecer- en otro país deja una impronta en la personalidad. Cada individuo adquiere una percepción especial sobre ciertas expresiones, comportamientos o gestos. Por ejemplo, las reuniones empresariales en Japón se llevan a cabo de una forma solemne, formal y respetuosa. Los participantes no solo se refieren a los demás por sus apellidos, sino que guardan distancia y mantienen un tono de voz suave y pausado. Al transmitir su mensaje, lo hacen de manera breve, precisa y de forma objetiva.

Sin embargo, en Italia -y en algunos países de origen latino- las formalidades quedaron atrás. Si bien existe el respeto entre colegas, las relaciones son más cercanas. Los discursos no son tan concisos y el intercambio de ideas puede darse en un ambiente acalorado. Incluso es común el exceso de gestualidad, referirse a los demás por su nombre de pila o estrecharse las manos con frecuencia.

Como ves, ambas culturas son muy diferentes. Los italianos podrían interpretar la formalidad asiática con frialdad o falta de interés, mientras que los japoneses podrían sentirse irrespetados si alguien lejano a su familia se refiere a ellos por su nombre. A esto es a lo que nos referimos como barrera de la comunicación.

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Barrera de la comunicación cultural educativa

La barrera de la comunicación cultural educativa no tiene nada que ver con el grado de educación, sino en cómo se obtuvo. Para algunos, es importante el paso por la universidad, tener postgrados, especializaciones y maestrías; mientras que, para otros, la experiencia, la pasión y la facilidad de enseñarse a sí mismo es más que suficiente. Esto puede influir en un intercambio de ideas.

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Barrera de la comunicación cultural generacional

¿Qué tienen en común los Baby Boomers, la generación X, los Millennials y la generación Z? ¡Nada! Sus visiones del mundo y su experiencia es diferente, al igual que sus objetivos. Esta diferencia generacional puede influir negativamente en las comunicaciones, en especial en entornos laborales o corporativos.

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Barrera de la comunicación cultural laboral

No es lo mismo haber trabajado en una gran multinacional que en una startup con salones de siestas y espacios de coworking, ¿o sí? Cuando las experiencias laborales de las personas son tan diferentes podrían crear un choque -que fácilmente se convertiría en una barrera- al momento de comunicarse.

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¿Qué otras barreras de la comunicación existen?

  • Barreras emocionales. Sentimientos como la ira, el orgullo y la ansiedad dificultan la comunicación.  
  • Barreras de género. Los estereotipos de género crean una barrera comunicacional a veces imperceptible.  
  • Barreras perceptivas. Las distintas visiones del mundo, los prejuicios y los valores hacen difícil que todos puedan estar en la sintonía.  
  • Barreras lingüísticas. Los idiomas, dialectos, regionalismos y el vocabulario técnico pueden convertir a un mensaje simple en algo complicado.  
  • Barreras interpersonales. Los problemas de autoestima, control, ansiedad, etc.; influyen tanto en el hablante como en el oyente, afectando la comunicación.
  • Barreras físicas. La distancia o un entorno ruidoso generan caos en cualquier audiencia. Lo mismo sucede con las llamadas telefónicas que tienen una mala señal.  

Sigue leyendo: Los factores que afectan la comunicación efectiva

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¿Cómo superar las barreras de la comunicación cultural?

Lo primero que se debe hacer para superar las barreras de la comunicación a nivel cultural es descubrir cuáles son las diferencias y los puntos en común. Así que, si vas a reunirte con alguien de otra nacionalidad, busca información sobre lo que se considera aceptable en su país y lo que no.

Incluso, trata de preguntarle directamente a la fuente para no formarte un estereotipo. Aunque esto es especialmente difícil si solo vas a ver a esa persona por una vez; es lo más recomendable cuando comienzas a trabajar con otros. Habla con tus colegas o empleados y pregúntales directamente cómo están acostumbrados a trabajar, qué los hace sentir incómodos, etc.

Invertir en actividades grupales también puede hacer la diferencia, ya que -a través de ejercicios de liderazgo, confianza y participación- se fortalecen los lazos empresariales y se derriba cualquier barrera.

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