Tipos de auditores

En todas las empresas del mundo se realizan con regularidad distintos tipos de auditorías para revisar el manejo de sus procesos contables durante un determinado período de tiempo.

Esto a su vez requiere la contratación de distintos tipos de auditores que trabajarán sobre los libros contables, donde deben estar registrados los movimientos financieros de la empresa u organización, pero también revisarán los procesos productivos para verificar que estos están fielmente reflejados en los libros.

Sin importar cuál sea el tipo de auditores utilizados, todos tendrán el objetivo de determinar la situación de una empresa desde el punto de vista financiero, para lo cual se realizará la denominada auditoría financiera.

También hay auditorías operativas, que se realizan sobre las operaciones de una determinada organización y que ayudan a examinar la eficiencia de sus equipos de trabajo, tanto humanos como técnicos.

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Igualmente, hay auditorías legales, que buscan revisar el cumplimiento que hace la empresa u organización de determinadas leyes y regulaciones, que pueden ser en materia ambiental, seguridad e higiene laboral, zonificación urbana, etc.

Los diferentes tipos de auditores cubren todas las necesidades de este tipo de evaluación. Vamos a analizar en qué consiste su función y cuales son los tipos de auditores que existen hoy en día.

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¿Qué es una auditoría?

Para entender mejor le función de un auditor explicaremos en qué consiste la acción de “auditar”. Este es el proceso mediante el cual una empresa especializada en el área contable o un profesional de este ramo es contratado para revisar la información suministrada por el área de contabilidad del ente, tanto público como privado, que sea objeto de interés de un ente contralor del gobierno o de sus propios accionistas.

Esta información es valiosa, pues de ella se podrá deducir si la empresa está cumpliendo con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) y las leyes del país donde se encuentre operando.

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¿Qué es un auditor?

El auditor es una persona capacitada en el área contable, certificada por institutos de formación o universitarios y avalada o autorizada para realizar auditorías (cumpliendo las normas de cada país).

El trabajo del auditor se concentra en analizar los documentos contables y en función de la calidad y transparencia de los datos aportados por la empresa o institución, emitir una opinión favorable o no sobre la veracidad y exactitud de estos.

Esta opinión señala si la empresa ha cumplido con las normas universalmente aceptadas de contabilidad y mantiene registros financieros claros y completos y todas sus transacciones están reflejadas fielmente en los libros.

También verificará si lo registrado en los libros contables es reflejo de la realidad operativa y productiva de la empresa. Por ejemplo, si los libros indican que se ejecutó algún proyecto, venta de productos, compra de materias primas, ampliación de planta o adquisición o reposición de equipos, el auditor deberá verificar que esto se haya realizado efectivamente.

El trabajo del auditor culmina al presentar un informe final en el que expresará su opinión, favorable o no, sobre el grado de veracidad y claridad que la organización posee en su contabilidad y por lo tanto, en su sistema financiero.

Este informe se entregará a la instancia que solicitó y contrató la auditoría, que puede ser un ente contralor del gobierno o los propios accionistas de la empresa.

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¿Cuáles son los tipos de auditores?

Debido a la complejidad de las empresas modernas, la profesión de contador se ha especializado en una gran variedad de tipos, cada uno dedicado a una función específica. Veamos cuáles son los tipos de auditores.

Auditores internos. Los auditores internos son personas que trabajan en las mismas organizaciones que auditan, es decir, son parte de su nómina. Trabajan en los departamentos de Contabilidad o equivalente y su función es revisar el desempeño de los empleados, el cumplimiento de las normas de la empresa y el funcionamiento de los sistemas financieros y contables.

Gracias a los informes realizados por los auditores internos, los líderes de la compañía pueden estar informados en todo momento que lo necesiten sobre lo que ocurre dentro de la empresa y hacer frente a los problemas o preocupaciones con antelación.

Auditores del gobierno. Como su nombre lo dice, los auditores del gobierno trabajan para los organismos adscritos al gobierno federal o central, según el país en que se encuentre la empresa.

En el caso de Estados Unidos, los auditores del gobierno pertenecen a la Oficina de Contabilidad de Estados Unidos y su labor es auditar las diferentes agencias federales que funcionan en ese país.

Los informes realizados por los auditores del gobierno de EEUU son reportados luego ante la Contraloría General y el Congreso de esa nación, que los utilizan para crear y gestionar las políticas y presupuestos.

Además, la mayoría de los gobiernos estatales y municipales suelen contar con departamentos similares para auditar sus respectivas agencias adscritas.

En el caso de otros países, los auditores del gobierno están adscritos a los organismos recaudadores de impuestos o a las Contralorías Nacionales. Sus informes son presentados ante estos entes y luego ante los respectivos Congresos Nacionales o ante la Presidencia de la nación.

Auditores independientes. Los auditores independientes no trabajan para ningún ente gubernamental o empresa privada que esté siendo objeto de una auditoría.

Su contratación es explícitamente exigida en muchos casos por las leyes cuando se trata de intervenciones o inspecciones en empresas privadas o públicas, o incluso gobiernos locales o estadales sospechosos de haber cometido fraude o irregularidades administrativas.

En otros casos las leyes o normas exigen auditorias independientes para respaldar algunos trámites que deben cumplir las empresas cada cierto tiempo o cuando desean lanzar vender acciones en la bolsa.

En definitiva, la importancia del auditor independiente es que garantiza se levante un informe imparcial y sin intereses de por medio sobre los estados financieros, evitando así que las organizaciones emitan información financiera engañosa.

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Consideraciones sobre los auditores y su importancia

En la mayoría de los casos, los auditores internos y del gobierno son suficientes para administrar y supervisar el funcionamiento interno de las organizaciones que revisan.

Sin embargo, los auditores independientes son considerados ideales en los casos más complicados donde podrían haber conflictos de interés o presiones a nivel interno, como es el caso de fraudes en proyectos financiados con fondos públicos o en empresas con un historial dudoso en materia financiera.

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Los auditores independientes son por tanto muy valorados por los entes de inversión y grupos de socios, que desean tener a mano informes financieros precisos antes de poner su dinero en un proyecto de cualquier tipo.

Otra consideración importante es que bajo los estrictos códigos legales que imperan en un mercado cada vez más globalizado, las empresas están obligadas a demostrar que hacen uso eficiente de sus recursos.

De hecho, las empresas no son entes aislados donde se puede hacer lo que deseen sus dueños. Están obligadas a cumplir con sus trabajadores, que dependen de ellas para subsistir, así como con los proveedores de materias primas y acreedores financieros.

Además, el cumplimiento de las regulaciones legales implica un gasto que muchas empresas pueden buscar evadir saltándose algunas normas, por lo que los auditores tienen un papel determinante para evitar esto

A esto se agrega además que todos los gobiernos esperan el pago de impuestos por parte de los ciudadanos y empresas y gracias a los auditores se puede asegurar que todos cumplan con esta obligación.

Por último, el auditor es el mayor aliado de los inversionistas y futuros proveedores, pues a través de su trabajo sabrán si una empresa o ente es digno de confianza o no.

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