Negocios
Cómo hablar con tu jefe de un problema
Los compañeros difíciles, las cargas de trabajo no realistas, la administración desleal, la lista de quejas de empleados suele ser larga. Acercarte a tu jefe con cada problema puede hacer que ganes una reputación de alguien que se queja todo el tiempo. Como alternativa, permanecer estoico tal vez no ayude, y peor aún, podría hacer que te sientas frustrado y amargado en el trabajo. Habla con tu jefe sobre un tema que necesite tacto. Decide si el problema merece la pena que vayas a hablar con tu jefe y controla tus emociones para hacer oír tu voz.
Introspección. Pregúntate si realmente deseas llevar tu problema a tu jefe o si la decisión de abordar al jefe fue sólo una reacción instintiva. Determina la gravedad del problema. ¿Tu problema es un compañero de trabajo molesto o una nueva política de oficina? Pregúntate si te sentirías aliviado por hablar sobre el problema con un colega o amigo y si es así, el problema puede no ser lo suficientemente grave como para involucrar a tu jefe.
Evita el enfoque del asalto a la oficina de tu jefe y dar rienda suelta a tu ira, si has decidido enfrentarte a tu jefe con el problema. Lo mejor que podrías lograr de esta manera es dar la impresión de ser una persona quejosa y un empleado no profesional. Cálmate y piensa en cómo vas a presentar el problema al jefe. Concibe también una solución. Esto es importante porque transmite la gravedad del problema a tu jefe y tus esfuerzos para resolverlo sinceramente. Los directivos están más preocupados con la línea de fondo del negocio y un problema sin solución sólo puede convertirse en un problema más en tus planes.
Concierta una cita. Solicita una reunión cara a cara. Es mejor abordar las cuestiones en persona en lugar de a través de correos electrónicos o por teléfono, que suponen un mayor riesgo de tener malentendidos. Entra en oficina de tu jefe calmado y sereno. No dejes que tus emociones jueguen en tu contra.
Lidia con los hechos y pruebas disponibles al presentar el problema a tu jefe. Evita presentar declaraciones no comprobables y opiniones personales derivadas del perjuicio individual. Habla acerca de cómo el problema está afectando tu rendimiento porque lo más probable es que los gestores presten más atención a los problemas que tienen un impacto directo o indirecto sobre la calidad del trabajo, relaciones con los clientes e ingresos de la empresa. Comunica tus soluciones.
Agradece a tu jefe su tiempo al final de la reunión. Dile que aprecias su paciencia para escuchar tus problemas y soluciones. Lo más probable es que un final amable anime a tu jefe a tomar una acción de seguimiento positiva.