Cómo limpiar la mantelería de un restaurante

La mantelería de un restaurante puede ser nítida y blanca o de color dependiendo de la decoración y el estilo del restaurante individual, pero cualquiera sea el color que el lugar haya elegido, una cosa que todos los restaurantes tienen en común es la necesidad de mantener la mantelería fresca y sin manchas. La limpieza y lavandería diarias entran en cualquier tela, pero aprender el cuidado correcto para la mantelería extenderá su vida y la mantendrá en excelentes condiciones para el restaurante.

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Quitar manchas y lavar

Trata las manchas lo antes posible con un removedor de manchas apropiado. Por ejemplo, las manchas de té y café se pueden tratar vertiendo agua hirviendo a través de la mancha, y las manchas de tomate, jugo de frutas o de carnes se pueden tratar enjuagándolas con agua fría. Para otras manchas, como de chocolate, puede ser necesario un prelavado con un removedor de manchas que contenga enzimas.

Carga los manteles de restaurante en la máquina lavadora, evitando recargar la máquina. El mantel debe tener lugar para moverse libremente en el agua. Revisa la etiqueta de lavado en el mantel o servilletas para determinar la temperatura correcta y establece la máquina lavadora de acuerdo a esa información.

Agrega un blanqueador con oxígeno para ayudarte a blanquear los manteles o si estás lavando manteles de color, utiliza un detergente suave que esté formulado para el uso en artículos de color.

Enjuaga completamente los manteles para quitar todos los restos de detergente o agentes blanqueadores. Quita el mantel de la máquina cuando el ciclo haya terminado y déjalo secar sin escurrirlo. Si los manteles se han torcido en la lavadora, estíralos para volver a su forma original.

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Secado y planchado

Cuelga los manteles al aire fresco para que se sequen. Cuélgalos al sol para ayudar a blanquear la tela y evitar que se vuelva amarilla.

Entra los manteles antes de que estén completamente secos. El mantel tiene un contenido de humedad natural de entre el 6 y el 8 por ciento y volverá a absorber la humedad del aire si se lo deja secar más allá de este punto. El mantel demasiado seco se vuelve rígido y quebradizo.

Establece la plancha en una configuración de calor medio, luego plancha los manteles rociándolos primero con almidón y luego planchando las arrugas. Hacer la tela más ligeramente más rígida con el almidón ayuda cuando tienes que doblar las servilletas en formas elaboradas. Para manteles grandes, enróllalos sobre una mesa colocada detrás de la tabla para planchar para evitar que la tela se amontone y pliegue en el suelo.

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