Cómo saber cuándo vender o comprar acciones

No es sorpresa que las instituciones encargadas de administrar las inversiones de terceros, como los fondos mutuos, fondos de pensiones, fondos de cobertura o de dotación, inviertan en acciones y otros instrumentos financieros. Debido a que estas organizaciones cuentan con sus propios expertos con amplios conocimientos en investigación y análisis, sus opciones preferidas tienen un peso adicional para el público inversionista. Por eso se dice que cuanto más grande sea la institución, mayor será el peso de su influencia.

Las acciones flotantes, es decir, aquellas acciones disponibles para la compra y venta pública, pueden tener un valor sólido cuando una institución las compra, pero también pueden irse de picada cuando la misma organización decide venderlas. Una influencia desmesurada puede llevar a una mayor imprevisibilidad.

Como un subidón de azúcar

La atención inicial que una institución grande le pone a una acción es como una breve descarga de adrenalina. En primer lugar, el precio tiende a subir por tal compra. Además, la institución hará más compras si el precio de las acciones alcanza su punto máximo y luego baja, para apuntalar la inversión. Otras instituciones, tomando un porcentaje del capital flotante, confían en que un ejército de expertos analistas está detrás de la toma de decisiones institucionales, más aún cuando se suman varias instituciones.

Los inversionistas individuales a veces buscan tendencias sobre qué o quién tiene en la mira a las mismas acciones y, con frecuencia, siguen su ejemplo. Sin embargo, como ese golpe de energía que da por comer algo dulce, una crisis puede acechar más allá del optimismo.

La casi inevitable venta

Los inversionistas institucionales tienen todo tipo de herramientas para impulsar las acciones que compran y poseen, especialmente cuando su posición de capital flotante es grande. Usan medios de comunicación como anuncios de radio, televisión e internet, así como su presencia en reuniones de inversionistas. Como saben esto, los inversionistas minoristas vigilan de cerca las compras institucionales para actuar antes de que el precio de las acciones suba demasiado. Cuando el porcentaje del capital flotante en poder de las instituciones es alto, esos fondos pueden ejercer una gran influencia sobre la empresa, incluyendo el hacer "sugerencias" al personal ejecutivo.

Hay ocasiones en que la propiedad institucional excede el capital flotante total porque los fondos han comprado las acciones prestadas que están en poder de los inversionistas de venta en corto. Cuando se vuelve imposible adquirir más acciones, las acciones inevitablemente comienzan a bajar. Con la misma frecuencia e intensidad con que las instituciones promueven el valor de las acciones, el cese en la compra manda una poderosa señal de que el precio de las acciones llegó al máximo. En esta etapa, los analistas pueden bajar la categoría de la acción porque su precio potencial se ha agotado.

¿Qué pasa cuando las instituciones venden?

Aunque las instituciones afirman estar alineadas con los inversionistas individuales, sus movimientos tienen un mayor impacto debido a la cantidad de acciones que tienen. Cuando venden, lo que sigue es una liquidación. La venta de grandes bloques de valores lleva a una fuerte caída en el valor de las acciones porque el mercado no puede absorber todas las acciones a la velocidad como las instituciones logran deshacerse de ellas. Si bien esta caída no puede atribuirse completamente a los inversionistas institucionales, es casi imposible que el precio de la acción suba bajo estas circunstancias.

Peligros de la inversión institucional y la lucha de poderes

Como señalamos anteriormente, las grandes instituciones que adquieren porcentajes proporcionalmente altos del capital flotante son propensas a utilizar su capital para afectar las decisiones de la empresa. Una de las formas en que lo hacen es para obtener el control de los lugares en la junta directiva reuniendo una gran cantidad de votos por poder. Esto puede crear hostilidad entre los directores y dar lugar a batallas legales dentro de la empresa que puede impactar negativamente en el valor de las acciones. Por estas razones, los inversionistas individuales deben considerar cuidadosamente el seguir a las instituciones en la compra de acciones específicas donde hay interés mutuo.

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