Qué es el ambiente de trabajo

Según el contexto en el que se utilice, el término ambiente podrá tener diferentes significados. En la mayoría de los casos, hace referencia a ciertas condiciones físicas, culturales, sociales, políticas y económicas que forman parte del entorno de los seres vivos. Si definimos el trabajo como cualquier actividad que se realiza de forma intelectual o manual a cambio de una recompensa económica y unimos los dos conceptos, nos acercaremos bastante a lo que significa ambiente de trabajo.

Los seres humanos, a lo largo de nuestras vidas, tenemos que desenvolvernos en diversos ambientes. Por ejemplo, el ambiente familiar, el ambiente escolar, el ambiente social, el ambiente de trabajo, entre otros.

El ambiente de trabajo, conocido también como ambiente laboral, engloba un conjunto de elementos que influyen en el bienestar del trabajador. Se trata de todos los factores que inciden en el entorno de un puesto de trabajo, bien sea en una fábrica, una oficina, un restaurante, una tienda o cualquier otro tipo de negocio.

Por lo general, el ser humano dedica muchas horas al trabajo, por este motivo es importante que sus actividades se desarrollen en un ambiente agradable y con todas las condiciones necesarias para que su desempeño sea lo más eficiente posible. Cuando ocurre lo contrario y las condiciones laborales no son las más adecuadas, el rendimiento del trabajador se reduce y el de la empresa también.

Los factores que influyen en el ambiente de trabajo pueden ser tangibles o intangibles y no siempre son fáciles de identificar; sin embargo, impactan en la productividad del trabajador y también en su vida privada. Aunque el salario y los beneficios son importantes a la hora de escoger un empleo, muchas veces los trabajadores valoran más un buen balance entre su vida privada y el trabajo.

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Factores que influyen en el ambiente laboral

Son diversos los factores que influyen en el ambiente laboral, por ejemplo:

1) Elementos estructurales: están relacionados con la estructura, organización y dirección de la empresa.

2) Personales: engloban las expectativas, actitudes y necesidades particulares de cada trabajador o empleado.

3) Factores sociales: en esta categoría podemos incluir, principalmente, las relaciones entre compañeros de trabajo, el tipo de comunicación que existe entre ellos y los posibles conflictos que puedan surgir en el desarrollo de sus actividades.

4) Elementos organizacionales: están relacionados con las características generales de la empresa como su política de recursos humanos, la rotación de personal, la productividad y la satisfacción laboral dentro de la organización.

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Tipos de ambientes de trabajo

Entre los principales tipos de ambientes de trabajo podemos mencionar los siguientes:

Autoritario: los directores no confían en la gestión de los empleados y tampoco tienen mucho trato con ellos, por este motivo las decisiones son tomadas en la cima de la organización y las actividades son distribuidas de forma descendente. Los trabajadores se desenvuelven en un ambiente de miedo y amenazas, aunque a veces existen recompensas.

Paternalista: este tipo de ambiente, por lo general, carece de una buena comunicación entre la dirección y los diferentes niveles jerárquicos de la empresa. Existe cierto nivel de confianza, sin embargo, la mayoría de las decisiones son tomadas por el personal de mayor jerarquía. Se suele utilizar castigos y recompensas para motivar a los trabajadores.

Consultivo: Los directivos tienen confianza en sus empleados. Aunque las decisiones más importantes son tomadas en la cima de la organización, los empleados que ocupan niveles inferiores están autorizados a tomar decisiones más específicas. En este tipo de ambiente laboral existe dinamismo, proactividad y un nivel de comunicación bastante bueno.

Participativo: la dirección de la empresa tiene total confianza en los empleados y el proceso de toma de decisiones está bien distribuido entre los diferentes niveles jerárquicos de la organización. La motivación de los empleados está relacionada con sus objetivos de rendimiento, su participación, la evaluación de su desempeño y el reconocimiento. La confianza y la amistad caracterizan la relación entre jefes y subordinados.

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¿Qué es un buen ambiente de trabajo?

Si realizamos un análisis desde el punto de vista del trabajador, podríamos decir que un buen ambiente de trabajo es aquel que reúne las condiciones necesarias para que los empleados puedan sentirse a gusto cuando realizan sus actividades laborales. Sin embargo, desde la óptica de la empresa, un buen ambiente laboral es aquel donde se reúnen los elementos que aumentan la productividad de los trabajadores.

El éxito de una empresa está muy relacionado con la productividad de sus empleados, por este motivo es importante aplicar estrategias que estén enfocadas en el buen ambiente de trabajo dentro de la organización.

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¿Cómo lograr un buen ambiente laboral?

Aplicar algunas estrategias sencillas suelen ayudar a mejorar el ambiente de trabajo de cualquier empresa, a veces los pequeños detalles tienen mucho valor para los empleados. Por ejemplo:

1) Mantener una buena comunicación.

Es importante mantener una comunicación fluida entre los jefes y sus subordinados para que queden claras las tareas a realizar y los objetivos a cumplir. No es recomendable utilizar comunicados impositivos o agresivos que pongan en riesgo una buena relación laboral.

2) Evitar el favoritismo.

Aunque en algunas ocasiones se pueda sentir más simpatía por algunos trabajadores que por otros, un jefe siempre debe ser imparcial. Todos los empleados deben ser tratados por igual y los resultados de su evaluación deben reflejar los resultados y calidad de su trabajo.

3) Ofrecer las herramientas necesarias.

Para que el trabajo de los empleados pueda ser eficiente y productivo se le debe ofrecer todas las herramientas que necesitan, incluyendo formación, equipos y un agradable lugar de trabajo.

4) Evitar exceso de control.

Por veces, el exceso de control paraliza la continuidad de tareas, por ejemplo, cuando se debe esperar la autorización de un superior para continuar con una tarea determinada. Además, puede generar frustración en el trabajador.

5) Ofrecer espacios agradables y servicios de calidad.

Una buena decoración e iluminación influirá de forma positiva en la motivación y productividad del trabajador. Los tonos más cálidos como el naranja o el rojo trasmiten energía, pero pueden ser estresantes, en cambio los colores más fríos como el azul o el verde son más relajantes. La mejor opción será hacer una combinación de tonos y decorar las paredes con imágenes y frases inspiradoras.

Los empleados suelen valorar los servicios de cafetería y restaurante que ofrecen algunas empresas ya que muchas veces deben invertir una gran parte de sus ingresos para comer en restaurantes.

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