Contrato de inversión de pequeño negocio

Aceptar inversionistas en tu pequeño negocio puede ser un experiencia placentera o puede resultar en una terrible pesadilla legal. Siempre es recomendable contar con un abogado para que prepare un contrato de inversión comprensible para asegurarte de que todas las partes conocen los términos de la inversión, así como sus implicaciones para los dueños y las expectativas financieras. Bajo ciertas circunstancias, podrías estar restringido para aceptar la inversión de gente que no califica como inversionistas acreditados por la falta de cumplimiento de la fortaleza financiera personal que se requiere. Antes de realizar un contrato de inversión, tu abogado debe revisar cuidadosamente los aspectos legales pertinentes.

Cualquier contrato de inversión, ya sea para pequeño negocio o para una empresa grande, funciona como un registro impreso de todos los términos y requerimientos de desempeño entre los dueños del negocio y sus inversionistas. Cuando se trata de dinero, siempre es prudente tener por escrito los acuerdos, particularmente en los acuerdos de inversión, los cuales detallan los resultados de las negociaciones entre los dueños e inversionistas, y las obligaciones y derechos contractuales.

Los contratos de inversión pueden variar de una simple compra de acciones hasta un documento complicado con muchas diferentes provisiones. Algunos contratos de inversión comienzan como préstamos convertibles que le permiten al inversionistas convertir el préstamo en acciones a un cierto precio en un tiempo futuro especificado. Algunos contratos similares utilizan opciones de compra de acciones preferentes en vez de instrumentos de deuda.

Los contratos de inversión detallan las partes involucradas, sus nombres legales, direcciones y otra información de contacto. Especifican la cantidad invertida, el porcentaje de acciones conferidos al inversionista, las provisiones de dilución, periodos de tiempo, y definiciones de obligaciones para todas las partes, causas de terminación del contrato, satisfacción o incumplimiento del mismo, y arbitraje o procedimientos de arreglos. Las partes, al firmar el contrato, testifican que están autorizadas para realizar el acuerdo y que están en capacidad financiera y legal de invertir dinero en el negocio.

Un contrato de inversión es tan válido como la intención de las partes para el mismo. Nunca se aconseja recibir inversiones, sin importar qué tan bien definidas se encuentre, de una persona difícil que probablemente se convierta en un problema para la administración de la empresa o que pueda realizar reclamos por fraude o malas interpretaciones en caso de que la compañía no pueda convertir la inversión en ganancias.

Los contratos escritos de inversión, con testigos, son prueba importante de la legalidad de la transacción y la propiedad del negocio en caso de muerte de cualquiera de las partes. Protegen a los dueños de los negocios de reclamos frívolos de parte de los inversionistas y le otorgan a éste último un recurso legal en caso de fraude. Cuando un inversionista también participa en el negocio, el contrato de inversión formaliza su contribución monetaria y porcentaje de propiedad para que no existan futuros problemas por los derechos de propiedad del negocio.